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La sequía actual y la ganadería futura

El pasado lunes  9 de Noviembre, se publicó una nota en el portal de La Voz del Interior, con la opinión de Oscar Melo.

Podés ver la nota en el siguiente enlace 

La sequía actual y la ganadería futura

Todas las actividades agropecuarias están muy afectadas por el comportamiento del clima. Sequías, inundaciones, heladas o calores agobiantes vienen condicionando los resultados de la producción de granos, carnes, leche, frutas, hortalizas y demás productos del campo.

Particularmente en la actualidad, Argentina está sufriendo una importante y generalizada sequía que está causando estragos y que pone en riesgo las producciones y por lo tanto el bienestar de todo el país.

Todas las actividades agropecuarias están muy afectadas por el comportamiento del clima. Sequías, inundaciones, heladas o calores agobiantes vienen condicionando los resultados de la producción de granos, carnes, leche, frutas, hortalizas y demás productos del campo.

Particularmente en la actualidad, Argentina está sufriendo una importante y generalizada sequía que está causando estragos y que pone en riesgo las producciones y por lo tanto el bienestar de todo el país.

La ganadería productora de carne en particular viene sufriendo un deterioro importante desde hace ya muchos años. El stock por habitante es de solo 40% del que teníamos a mediados del siglo pasado, la producción total es baja y los precios no son compensatorios para el productor. Es una actividad en muy marcada reducción y es por esta razón que esta sequía puede afectarla de manera muy significativa.

El objetivo de la presente publicación es evaluar las consecuencias que esta sequía podría provocar en la actividad ganadera de carne de argentina.

Los efectos de la falta de agua no son los mismos en todas las actividades; en la producción de granos se ve afectada, la superficie sembrada y los rendimientos. Pero sus efectos no son perdurable si al año siguiente el clima se normaliza; sin embargo, no se comporta de la misma manera en la ganadería de carne.

Cuando un período de sequía afecta a los campos ganaderos, son múltiples los impactos que ocurren en la producción, varios de ellos son muy duraderos, produciendo daños difíciles de superar en poco tiempo.

 

EFECTO DOMINÓ SOBRE LA PRODUCCIÓN GANADERA

La falta de lluvias reduce la producción forrajera de tal manera que aun teniendo reservas de alimentos obliga a vender animales antes de que los perjuicios sean aún mayores; esta mayor oferta de ganado, provoca una caída en los precios, el ganadero se descapitaliza y está limitado para recomprar lo vendido, una vez terminada la sequía.

Esto ocurrió durante el período 2008/2009, cuando ayudado por erróneas medidas gubernamentales el país perdió más de 10.000.000 cabezas de ganado. Aún hoy, después de 13 años, sólo pudimos recuperar la mitad.

 

Luego de un tiempo de penurias alimenticias, las vacas terminan en muy mal estado nutricional, esto fisiológicamente limita su fertilidad y en los siguientes años a los de sequía, aun siendo de pluviometría normal, la producción de terneros se ve notablemente reducida, impidiendo la recuperación de stock perdido.

Durante los períodos de baja producción de forraje, las pasturas sufren un importante sobrepastoreo y quedan en muy malas condiciones para poder reaccionar después de las lluvias, lo que reduce la oferta de pasto y prolonga así el período de penuria alimenticia de los animales más allá del período de sequía.

En síntesis, a medida que pasa el tiempo el deterioro ganadero es mayor y cada sequía es un escalón que descendemos y que no podemos ascender.

La producción de carne nunca crece y con frecuencia decrece, los argentinos cada vez comemos menos carne vacuna y las exportaciones están estancadas, de tal manera que los ganaderos están cansados de trabajar en vano y decepcionados con una actividad que nunca les permite crecer.

Esta realidad está pasando, para la sociedad aparentemente inadvertida y parece que todos se acuerdan de los ganaderos solamente cuando el precio de la carne sube, porque aumentó la cotización del ganado para faena.

La actual sequía puede ser la que precipite el fin de las intenciones de muchos ganaderos de continuar con la producción; así habrá menos carne, menor radicación de gente en el campo, menor utilización del territorio nacional aún no productivo. Además de menor ocupación de trabajadores en la industria frigorífica y el ingreso de dólares a través de exportaciones.

Creo que ahora es momento oportuno y necesario para elegir el futuro de la carne vacuna; si continuamos como hasta ahora, los malos resultados están asegurados.

(*) Ingeniero agrónomo, asesor privado, exdecano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UCC)